Análisis de las propuestas fiscales de Vermont
En un giro que podría afectar la competitividad del estado, Vermont está considerando una serie de subidas de impuestos que podrían posicionarlo con las tasas más altas en la nación. Entre las propuestas fiscales se encuentra el incremento del impuesto sobre la renta corporativa al 10%, lo que colocaría a Vermont en la cima del país en esta categoría, y elevaría el impuesto sobre la renta individual al 11.75%, situándolo como el segundo más alto después de California.
Estas medidas no solo afectarían a los contribuyentes con mayores ingresos, sino que también tendrían un impacto significativo en la economía general del estado. Los datos sugieren que los contribuyentes de altos ingresos, aunque representan solo el 1.1% de las declaraciones fiscales, aportan más del 30% de los impuestos sobre la renta individuales del estado. La movilidad de estos contribuyentes y su sensibilidad a las tasas impositivas más altas son factores críticos a considerar, especialmente en una era donde el trabajo remoto ha ganado terreno.
Además, se propone un aumento del impuesto sobre transferencias de propiedad al 3.65% para aquellas valoradas por encima de los $750,000. Este cambio podría tener repercusiones no intencionadas, como el incremento en los costos de alquiler o la desincentivación de inversiones beneficiosas para los inquilinos.
Otro aspecto preocupante es el tratamiento agresivo de los ingresos corporativos internacionales. Vermont busca desvincularse del tratamiento federal actual y gravar completamente los ingresos de GILTI y FDII, lo que podría sobrecargar a las empresas y mermar aún más la competitividad del estado.
Si bien se busca asesoramiento adicional a través de la creación de una comisión consultiva sobre el impuesto sobre la riqueza, las tendencias nacionales muestran una preferencia por reducir las tasas impositivas tanto para negocios como para individuos. En contraste, las propuestas fiscales de Vermont podrían llevar al estado en la dirección opuesta, potencialmente empeorando su ya baja clasificación en el Índice de Clima Fiscal para Negocios Estatales 2024.
Estas propuestas no solo representan una política fiscal cuestionable, sino que también podrían socavar los esfuerzos para atraer y retener una fuerza laboral saludable en Vermont. De convertirse en ley, estas políticas podrían disminuir la competitividad del estado, favorecer a estados competidores y dejar atrás a los habitantes de Vermont.
