El Medio Ambiente y la Discrepancia entre Acciones y Palabras
El mes de marzo ha sido testigo de una intensa actividad en lo que respecta a la protección del medio ambiente y el cambio climático, con la conmemoración del Día de la Tierra y el Día Mundial de la Meteorología. Estas fechas han ofrecido a los políticos la oportunidad de alardear públicamente sobre sus credenciales ecológicas.
Si bien el gobierno avanza a toda marcha en la introducción de impuestos verdes y la agenda de Cero Emisiones Netas, la protección efectiva del medio ambiente parece estar sufriendo un retroceso. Pareciera que, en la realidad, no existe una conexión entre ambas iniciativas, como si el apresurado impulso hacia el Cero Neto se hubiera convertido en una industria en sí misma: castigar al máximo al consumidor para reducir el uso de energía, pero avanzar a paso de tortuga en la protección del medio ambiente actual.
En marzo también llegó un nuevo reproche por parte de la UE cuando anunció que llevaría a Chipre ante el Tribunal de Justicia Europeo por no proteger los hábitats naturales. Claro está, esto no puede ser atribuido únicamente al gobierno actual, pero ya han tenido un año y lo que hemos visto con el escándalo masivo de las carreteras en Akamas es más un déjà vu.
El lunes, el Auditor General Odysseas Michaelides hizo públicas sus advertencias de 2021 sobre el peligro potencial de que Chipre fuera llevado ante el Tribunal de Justicia Europeo por su fracaso en implementar la Directiva de Hábitats. Aunque le gusta hacer saber públicamente que está ‘del lado correcto’ de las cosas, no está equivocado aquí.
Chipre tuvo seis años para cumplir con sus obligaciones bajo la directiva. La isla ha estado en la UE durante 20 años este próximo 1 de mayo, por lo que la acusación de la UE fue bastante contundente. Señaló que Chipre había designado formalmente 37 sitios como zonas especiales de conservación, pero aún tenía que establecer las medidas de conservación necesarias para 28 de esos sitios. Además, los objetivos de conservación para cinco sitios no eran adecuados.
Michaelides dijo que había recibido una respuesta a su advertencia en 2021 del entonces ministro de agricultura Costas Kadis, quien efectivamente dijo que todo estaba bajo control y se resolvería para que Chipre no terminara en el Tribunal de Justicia. Palabras que resultaron premonitorias.
Encomiable fue la postura del Partido Verde al resumir la situación la semana pasada durante algunos enfrentamientos sobre los impuestos verdes que el Ministro de Finanzas Makis Keravnos declaró que no “representarían una amenaza para los hogares o negocios”.
“En un país donde los hábitats naturales se utilizan para el consumo, donde las excavadoras destrozan las áreas Natura 2000 y quien puede, erige catedrales y restaurantes sobre ellas, ningún ministro puede pedir a la gente o a las empresas que paguen un impuesto en nombre del medio ambiente”, dijo el partido. “Hemos estado advirtiendo durante décadas y los gobernantes estaban todos sordos. Ahora, se apresuran a culpar a la gente común por sus errores”.
El punto es válido. La población está a punto de ser financieramente estrangulada en nombre del ahorro del medio ambiente por aquellos que solo dan servicio de labios para la protección del medio ambiente.




