Controversia por la suspensión de solicitudes de asilo para nacionales sirios
El gobierno ha suspendido las solicitudes de asilo para nacionales sirios, una medida que ha generado una mezcla de críticas y elogios. El Ministerio del Interior ha anunciado su disposición para revocar el estatuto de protección de aproximadamente 30 personas de Siria que, según informes, han viajado a Siria a través del norte en el último año. Esta decisión, que se aplicará de manera inminente, no permitirá derecho a apelación.
El Presidente Nikos Christodoulides justificó la suspensión citando “las llegadas masivas” recientes. El partido Elam se atribuyó el mérito de la idea, indicando que era una propuesta suya. Sin embargo, Nasia Hadjigeorgiou, profesora asistente en Justicia Transicional y Derechos Humanos en UCLan, expresó su preocupación por las decisiones del presidente alineadas con propuestas de la extrema derecha.
El Ministerio del Interior aclaró que la suspensión tendría un máximo de 21 meses y que cualquier nacional sirio que haya viajado de regreso a Siria en el último año perderá su estatuto de protección. La identificación de estas personas se realizará mediante “fuentes propias de información”, cuyos detalles no se especificaron por razones de seguridad nacional.
Los 30 individuos afectados tendrán la opción de retornar voluntariamente o enfrentar la deportación, aunque esta última no es viable actualmente debido al estado de Siria como país inseguro. De no aceptar el retorno voluntario, serán considerados como ilegales en Chipre y se les despojará de todos sus derechos, incluyendo el acceso a servicios médicos y al empleo.
Emilia Strovolidou, oficial de información pública en la oficina del ACNUR en Chipre, argumentó que viajar de regreso a Siria y luego retornar al país de asilo “no presenta motivos para la retirada del estatuto de protección internacional”. Además, señaló que tal viaje no debería ser razón para rechazar una solicitud de asilo o revocar un estatuto de protección internacional.
La legalidad de la decisión ha sido cuestionada por expertos, mientras que el Ministerio del Interior insiste en que cumple con la ley de la UE, respaldado por un consejo legal de la oficina del fiscal general. Achilleas Demetriades, abogado de derechos humanos, describió la decisión como discriminatoria, eco que también resonó en las palabras de Hadjigeorgiou, quien argumentó que la discriminación basada en la nacionalidad solo podría justificarse por razones muy legítimas, como asuntos de seguridad nacional.
A pesar del debate sobre los plazos permitidos para procesar las solicitudes de asilo, el gobierno parece apoyarse en leyes de la UE que permiten una extensión en el tiempo de procesamiento. La Comisión Europea ha indicado que es posible una extensión de hasta nueve meses, pero también ha subrayado la necesidad de una reevaluación del país de origen.
El ACNUR reconoce los desafíos que las llegadas aumentadas pueden representar para los países anfitriones y urge a Chipre a mantener sus obligaciones internacionales bajo la Convención sobre Refugiados de 1951 y el principio de no devolución. Además, se mostró dispuesto a apoyar a Chipre en la gestión de estos desafíos.