La historia de Vote Ubisi, un nombre con legado democrático
En la provincia de Mpumalanga, en una humilde vivienda de Lillydale, Mariana Ubisi dio a luz mientras millones de ciudadanos negros hacían cola para votar en las elecciones que llevarían a Nelson Mandela al poder. Era el 27 de abril de 1994, y en medio de la efervescencia del momento, Mariana y su esposo Ernesto decidieron llamar a su recién nacido Vote. “Imagino que fue porque escuchábamos los cánticos que decían ‘vota, vota, vota’ en la radio”, comentó Mariana, quien es curandera tradicional.
A pesar de no tener derecho a voto, Mariana y su marido Ernesto, refugiados mozambiqueños, esperaban el fin del dominio de la minoría blanca. Ernesto recordó haber sido maltratado por supervisores blancos cuando trabajaba en las minas de carbón durante el apartheid. “Nunca me he arrepentido de haber llamado a mi hijo Vote”, afirmó.
Treinta años después de sus primeras elecciones multirraciales, Sudáfrica se enfrenta a un clima menos optimista ante las elecciones del 29 de mayo. La nación arcoíris imaginada por Mandela sufre de pobreza, desigualdad, corrupción y crimen. El partido Congreso Nacional Africano probablemente perderá su mayoría por primera vez desde que Mandela lo llevó a la victoria.
La familia Ubisi carece de agua corriente y las calles de Lillydale no están pavimentadas, pese a estar cerca de reservas naturales de lujo. El empleo es escaso y muchos jóvenes se ven arrastrados al crimen. “La mayoría de los jóvenes no votan. Están decepcionados”, dijo Vote, quien se considera afortunado de tener un trabajo a tiempo parcial como camarero en un lodge de safari y sueña con ser guía de campo.
Vote, a diferencia de sus padres, es ciudadano sudafricano y planea ejercer su derecho al voto en mayo, aunque no reveló su preferencia partidaria. “Votas por el partido que puede aportar algo a la comunidad. Eso es lo que busco”, expresó Vote.