Avances en el reciclaje de residuos industriales en la UE
En la ciudad irlandesa de Limerick, un camino pavimentado de 500 metros construido sobre una base de residuo de bauxita podría marcar un hito en la gestión de los residuos industriales en Europa. Este residuo, conocido como lodo rojo, es un subproducto del proceso de producción del aluminio, un metal presente en una amplia gama de productos, desde el papel de aluminio hasta los fuselajes de aviones.
Tradicionalmente, este lodo rojo termina en vertederos, ocupando espacio valioso y representando una oportunidad perdida de reciclaje. Sin embargo, un grupo de investigadores financiados por la UE ha desarrollado el proyecto RemovAL, que durante cinco años ha buscado soluciones para convertir los residuos de bauxita en materiales útiles.
El Dr. Efthymios Balomenos, co-líder del proyecto, señala que cada tonelada de aluminio producida genera aproximadamente dos toneladas de residuo de bauxita. Anualmente, se producen alrededor de 150 millones de toneladas de este residuo a nivel mundial, pero menos del 3% se recicla.
RemovAL ha probado con éxito el uso del residuo de bauxita como la primera capa o subbase para carreteras, un método que podría reducir significativamente la cantidad de desechos. Además, el equipo ha demostrado que es posible extraer materiales útiles del lodo rojo, como óxido de hierro, óxido de aluminio, sílice y titanio, e incluso tierras raras esenciales para la industria tecnológica.
En Grecia y Noruega, el proyecto ha logrado fundir el residuo de bauxita para producir una aleación de hierro adecuada para la fabricación de acero. También se ha extraído el escandio, un metal raro utilizado en la industria aeroespacial. Posteriormente, el residuo restante se ha utilizado para crear un material que puede añadirse a la mezcla para cemento.
A pesar del éxito técnico, Balomenos reconoce que aún existen barreras económicas, ya que las opciones para reutilizar el residuo de bauxita son menos rentables que los materiales vírgenes locales. Según él, para incentivar la industria del aluminio hacia prácticas más sostenibles, Europa necesitará ofrecer incentivos como subsidios o regulaciones.
El desafío no se limita solo al aluminio. Otros investigadores respaldados por la UE, bajo el proyecto NEMO, han buscado usos comerciales para los residuos generados por la minería de cobre, zinc, plomo y níquel. Estos esfuerzos incluyen técnicas como la biolixiviación para recuperar metales valiosos y transformar los desechos en aditivos para cemento.
Aunque estas tecnologías aún no son económicamente viables para su aplicación comercial a gran escala, señalan el camino hacia una recuperación más eficiente de metales y una mejor gestión de residuos. Con un marco regulatorio adecuado y los incentivos correctos, podrían convertirse en procesos más económicos y contribuir a los objetivos de Europa de aumentar el suministro de materias primas críticas y mejorar la extracción de minerales.
