Perspectivas de crecimiento económico en Chipre
El crecimiento económico de Chipre muestra señales de fortaleza y se espera que mantenga un ritmo similar al de 2023 durante este año, con un impulso adicional previsto para 2025. Así lo indica el último informe trimestral del Centro de Investigación Económica de la Universidad de Chipre. El documento, denominado ‘Economic Outlook’ de abril, proyecta un crecimiento del PIB real del 2.6% para 2024 y del 3.3% para 2025, cifras que han sido revisadas al alza en comparación con las estimaciones de enero.
A pesar de que el crecimiento se desaceleró hasta el 2.5% en 2023, desde el 5.1% en 2022, la economía chipriota cerró el año con un ritmo superior al promedio de la Unión Europea. La actividad económica y el mercado laboral mostraron resiliencia en el último trimestre de 2023, lo que ha contribuido a alimentar el crecimiento en los trimestres subsiguientes.
En los últimos seis meses, la actividad doméstica ha sido respaldada por una inflación en descenso, un mercado laboral relativamente ajustado, incrementos en los ingresos y una sólida posición fiscal. No obstante, factores como los altos niveles de tasas de interés domésticas, el descenso en la confianza económica y una actividad menguante en las economías de los socios comerciales podrían influir negativamente en las perspectivas de crecimiento.
Otras organizaciones también han pronosticado un panorama robusto para el crecimiento económico en Chipre. Tanto el Banco Central como la Comisión Europea prevén un crecimiento del PIB real del 2.8% para 2024, mientras que el Fondo Monetario Internacional anticipa un 2.7%. Para 2025, se espera que el crecimiento se acelere alrededor del 3.0%, con estimaciones específicas del Banco Central, la Comisión Europea y el FMI en 3.1%, 3.0% y 2.9%, respectivamente.
En cuanto a la inflación, se proyecta que siga una trayectoria descendente durante el periodo 2024-2025. La inflación del IPC está pronosticada en un 2.0% para 2024 y en un 1.9% para 2025, lo que representa una disminución de 0.1 puntos porcentuales cada año respecto a las previsiones de enero, ya que la inflación doméstica ha continuado suavizándose durante el primer trimestre del año en curso.
Los riesgos para las perspectivas de crecimiento e inflación provienen principalmente del aumento de las tensiones geopolíticas, especialmente una posible escalada del conflicto en Medio Oriente, el desempeño económico de las economías socias comerciales y la futura evolución de las tasas de interés.