Chipre ha registrado las segundas emisiones de carbono per cápita más altas de cualquier país de la Unión Europea, según los analistas climáticos de CarbonBrief. La isla emitió 3.1 toneladas de dióxido de carbono por persona al año en 2023, solo 0.1 toneladas menos que el mayor emisor per cápita, la República Checa.
Polonia ocupa el tercer lugar en emisiones de carbono per cápita, con Alemania y Malta completando los cinco primeros lugares. Malta fue uno de los tres países que registraron mayores emisiones per cápita en 2023 en comparación con 2019, siendo los otros dos Croacia y Lituania. El promedio de la UE fue inferior a dos toneladas per cápita.
Reducción de emisiones en el sector eléctrico
Las emisiones de carbono totales del sector eléctrico de Chipre disminuyeron un 6.19 por ciento entre 2019 y 2023, una reducción menor que la de otros 21 estados miembros de la UE. La mayor reducción se observó en Portugal, que vio caer sus emisiones totales del sector eléctrico en un 52.16 por ciento, mientras que Letonia y Finlandia también registraron reducciones superiores al 40 por ciento. El promedio de reducción en la UE fue del 20.48 por ciento.
Por otro lado, Malta, Croacia y Lituania vieron aumentar sus emisiones totales del sector eléctrico entre 2019 y 2023, con un aumento notable del 56.14 por ciento en Lituania.
Transición hacia energías renovables
Además, Chipre reemplazó un total del 10.12 por ciento de su suministro energético previamente obtenido de combustibles fósiles por fuentes de energía renovable. Esta cifra representa el duodécimo mayor cambio hacia el uso de energía renovable entre los estados miembros de la UE.
Los Países Bajos lideraron este cambio durante el mismo período, reduciendo su proporción de energía suministrada por combustibles fósiles en un 28.86 por ciento e incrementando su proporción de energía suministrada por fuentes renovables en un 28.84 por ciento. Eslovaquia fue el único estado miembro de la UE que vio una caída en la proporción de su energía suministrada por fuentes renovables, mientras que el promedio de la UE fue una disminución del 6.55 por ciento en el uso de combustibles fósiles y un aumento del 10.23 por ciento en el uso de fuentes renovables como proporción del suministro energético total.