Fisker anuncia pausa en la producción de vehículos eléctricos y busca financiación
En un giro inesperado para la industria de vehículos eléctricos, Fisker Inc. (FSR.N) comunicó el lunes que tomará una pausa en la producción de sus automóviles durante seis semanas. La decisión llega tras no cumplir con un pago de intereses, lo que ha llevado a la startup a buscar hasta $150 millones en financiación mediante la venta de notas convertibles.
La empresa reveló que no se produjeron unidades de su SUV Ocean en enero, mientras que su socio manufacturero Magna (MG.TO), en su unidad austriaca, fabricó cerca de 1,000 vehículos entre el 1 de febrero y el 15 de marzo. Fisker entregó alrededor de 1,300 vehículos en 2024 y el valor del inventario de vehículos completados superó los $200 millones, según informó la compañía.
Las notas convertibles senior aseguradas se ofrecerán con un descuento del 10 por ciento sobre el valor original, con ingresos brutos de hasta $150 millones. Las notas se están vendiendo a CVI Investments, a través de Heights Capital Management, y el fondo de inversión con sede en Varsovia podrá convertir la deuda en capital en Fisker, según los documentos presentados ante la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU.
Fisker admitió no haber realizado el pago de intereses de $8.4 millones el 15 de marzo por algunas notas convertibles con vencimiento en 2026, a pesar de contar con suficiente liquidez. La empresa optó por aprovechar un período de gracia de 30 días para dialogar con sus inversores sobre su estructura de capital. Al cierre del viernes, la compañía tenía un saldo de efectivo, equivalentes de efectivo y efectivo restringido de $120.9 millones, una disminución significativa desde los $395.9 millones al finalizar el año pasado.
Fisker reiteró el lunes que se encuentra en conversaciones con un gran fabricante de automóviles para una posible transacción, aunque no reveló el nombre de la empresa. Reuters informó anteriormente este mes que Nissan (7201.T) estaba en conversaciones avanzadas para invertir en la compañía, un acuerdo que podría actuar como un salvavidas financiero para la startup de EV.
A principios de este año, Fisker comenzó a cambiar su estrategia de ventas, pasando de un modelo directo al cliente a depender más de los concesionarios para vender sus coches, enfrentando problemas con la distribución y el servicio. La empresa expresó dudas sustanciales sobre su capacidad para seguir operando en febrero y pausó las inversiones en proyectos futuros hasta asegurar una asociación con un fabricante de automóviles.
