Repercusiones electorales en el panorama fiscal mundial
Estamos en una temporada de cambio, con elecciones cruciales en el horizonte tanto en el Reino Unido, donde se puede convocar una elección de primer ministro en cualquier momento hasta el 17 de diciembre, como en Estados Unidos, que se encuentra en un año de elecciones presidenciales. Estos eventos electorales han demostrado tener grandes repercusiones en el panorama fiscal mundial, colocando las políticas tributarias corporativas bajo los reflectores.
Surge la pregunta: ¿Cómo pueden prepararse los departamentos de finanzas corporativas y tributación para la tormenta potencial de impactos económicos y reputacionales que se avecina?
Los fantasmas de reformas fiscales pasadas
El referéndum del Brexit, ocurrido hace ocho años, generó un cambio significativo en la política fiscal global. Aunque no se materializaron las predicciones más catastróficas, sí hubo consecuencias profundas y duraderas. Muchas firmas financieras multinacionales trasladaron personal, activos de balance y, en algunos casos, sus sedes completas fuera de Londres hacia otros centros de la UE como Fráncfort, Bruselas y París. Esto resultó en una disminución notable de los ingresos fiscales para el Reino Unido.
Además, surgieron complicaciones debido al cambio en el Impuesto al Valor Agregado (IVA), un impuesto al consumo aplicado en cada punto de la producción y venta de bienes y servicios. La estructura del IVA en el Reino Unido estaba directamente vinculada a la estructura del mercado común de la UE. Con la salida del Reino Unido, fue necesario reconfigurar su sistema de IVA para acomodar los nuevos aranceles y tarifas aduaneras, lo que resultó en mayores costos de importaciones y exportaciones.
Historia americana fiscal
En EE.UU., la Ley de Reducción de Impuestos y Empleos (TCJA) representó una de las reformas más significativas del código fiscal en décadas. Sin embargo, con la llegada del presidente Joe Biden, se produjo un giro radical con la promulgación de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) en 2022, revirtiendo disposiciones clave para las corporaciones establecidas por la TCJA.
La gran incógnita
Todas las indicaciones apuntan a que podríamos ver una nueva ronda de volatilidad centrada en los impuestos hacia finales de 2024, dejando a los tomadores de decisiones corporativas en un dilema. Las empresas tendrán que asegurarse de que sus partes interesadas estén preparando sus departamentos para ser ágiles y tener una infraestructura en su lugar para tomar decisiones en tiempo real basadas en datos cuantificables y completos, incluso cuando la incertidumbre sea parte central de la ecuación.
Esto significa que los riesgos son altos y, en momentos como estos, cuando todos están enfocados en lo que cambiará, es importante que los líderes empresariales se centren en lo que pueden controlar. Para los profesionales fiscales y financieros corporativos, la clave para construir una estrategia fiscal a prueba de balas será la integridad de los datos, una vigilancia regulatoria intensa y un proceso que sea rápido y decisivo, incluso frente a lo desconocido.