El dilema de los contadores inteligentes en Reino Unido
Los contadores inteligentes se han presentado como la solución para una gestión eficiente del consumo eléctrico, pero recientes acontecimientos en el Reino Unido han puesto en evidencia los retos que esta tecnología aún enfrenta. Cuatro millones de hogares británicos han experimentado sobrefacturación debido a errores en sus contadores, lo que ha generado preocupación y estrés financiero entre los afectados.
En el Reino Unido, donde 35 millones de hogares ya cuentan con estos dispositivos, la situación ha revelado que no se trata solo de errores de cálculo, sino también de las demoras en obtener reembolsos por parte de los proveedores de electricidad, tras haber efectuado cobros automáticos excesivos desde las cuentas bancarias de los usuarios.
Un estudio financiado por la UE realizado por la Asociación de Reguladores Energéticos del Mediterráneo advierte que Chipre podría enfrentar problemas similares si no se prepara adecuadamente. Los desafíos incluyen preocupaciones potenciales sobre la privacidad y seguridad en la transmisión de datos, así como la gestión de grandes volúmenes de datos a través de redes de baja capacidad. Además, la tecnología móvil sobre la que operan los contadores inteligentes puede ser inestable y resultar en lecturas erróneas.
A pesar de que se promociona que los contadores inteligentes reducirán las facturas en un 12% anual, según la publicidad de la UE, es importante recalcar que las facturas solo disminuirán si los consumidores reducen su uso de electricidad. Existe una preocupación adicional en cuanto a propuestas como la del Reino Unido, que podrían derivar en tarifas más altas durante ciertas horas del día para incentivar, más como un castigo que como un beneficio, un menor consumo.
El plan de recuperación y resiliencia de Chipre utiliza un lenguaje similarmente coercitivo, indicando que los contadores inteligentes “fortalecerán el papel de los ciudadanos como consumidores” y podrían “facilitar el cambio de comportamiento”. Sin embargo, es crucial que las autoridades aseguren que grupos vulnerables como personas mayores o con discapacidad no se vean afectados negativamente por tarifas pico más altas, mientras que aquellos con mayor poder adquisitivo continúen consumiendo electricidad sin restricciones.