El Proceso de Paz en Chipre: Perspectivas y Desafíos
Políticos turcochipriotas de la oposición han planteado puntos relevantes sobre un nuevo proceso de paz, en un artículo publicado en el Sunday Mail, que la dirigencia grecochipriota debería considerar seriamente. Estas voces apoyan una federación bizonal y bicommunal con igualdad política, conforme a las resoluciones de la ONU, pero expresan objeciones al proceso abierto que parece favorecer el presidente Nikos Christodoulides, quien da la impresión de que para él, la reanudación de las conversaciones es un fin en sí mismo, a pesar de afirmar reiteradamente que el statu quo no es sostenible.
Frente a él se encuentra el líder turcochipriota Ersin Tatar, quien condiciona la reanudación de las conversaciones a la igualdad soberana y aboga por una solución de dos estados, postura que cuenta con el respaldo de Ankara. La enviada del Secretario General de la ONU, Maria Angela Holguin, ha sido enviada para encontrar un terreno común que, según Ozdil Nami, negociador de dos líderes turcochipriotas, no existe. “No hay terreno común”, dijo Nami, añadiendo que “en Crans Montana había una solución sobre la mesa y aún así fracasamos”. Para él, el problema “no es el contenido sino el proceso de negociación“.
Es difícil discrepar, considerando que hemos confiado en este proceso abierto durante cinco décadas sin alcanzar un acuerdo. “Ningún proceso de paz ha tenido éxito sin una fecha límite”, argumentó Fikri Toros del CTP al Sunday Mail, insistiendo en que debe haber “un marco temporal establecido, si no una fecha límite para concluir las negociaciones”. Todos los presidentes de la república y los partidos políticos grecochipriotas se han opuesto vehementemente a lo que describen como plazos “asfixiantes” o “artificiales”, estableciendo el proceso abierto como condición para ir a las conversaciones.
Esta disputa resurgió cuando se anunció el nombramiento de Holguin, con los turcochipriotas afirmando que ella tenía seis meses para encontrar el terreno común y los grecochipriotas insistiendo en que no existía tal marco temporal. Sin embargo, después de tantos años de conversaciones interminables que no han llevado a ninguna parte, no es irrazonable establecer una fecha límite para la reanudación de las conversaciones, especialmente porque, según ambas partes, la mayoría de los aspectos de un acuerdo ya se habían consensuado. ¿Cuál es la justificación para oponerse a una fecha límite para la finalización de las conversaciones?
Este asunto debe tratarse con urgencia considerando que el statu quo no es sostenible y la enviada del UNSG no estará buscando un terreno común indefinidamente. Además, acordar una fecha límite demostraría que Christodoulides tiene intenciones serias, algo que no ha sido evidente en sus declaraciones generalizadas. Acordar una estructura específica, incluyendo la propuesta de que, en caso de que las negociaciones se completen, debería haber consecuencias para la parte que rechace el plan de acuerdo, podría proporcionar el terreno común para una reanudación de las conversaciones.
Cabe mencionar que ni Nami ni Toros hablan en nombre de Tatar y Turquía, quienes no han dado señales de aceptar estas perspectivas, las cuales podrían ofrecer una forma de evitar que la misión de Holguin termine en fracaso.




