El impacto de la Islamización en la zona ocupada
Hace unas semanas, una columna del periódico Phileleftheros alertaba sobre los planes de Ankara para establecer una “región islámica” completamente turca en la zona ocupada. Según el artículo, la estrategia incluiría el fortalecimiento de la población turca, los colonos, en combinación con la Islamización del área. Esta táctica podría llevarse a cabo de manera ‘autónoma’ por la entidad secesionista o mediante la anexión del territorio ocupado por Turquía.
El mismo artículo señalaba que la prensa turcochipriota contabilizaba hasta 213 mezquitas y 240 empleados en la ‘dirección de asuntos religiosos’, de los cuales 120 eran imanes. Se construían más mezquitas que escuelas, y los imanes ejercían una influencia significativa en el ámbito educativo, tanto en escuelas como en universidades.
Hoy se conmemora el vigésimo aniversario del referéndum del Plan Annan, rechazado por el 76% de la población grecochipriota. La Islamización del norte ocupado y la posibilidad de anexión por parte de Turquía, preocupaciones expresadas por el columnista, son algunas de las consecuencias de aquel voto negativo en 2004. En aquel entonces, pocos consideraron las posibles repercusiones del voto negativo, eclipsadas por la celebración del acto de desafío grecochipriota.
De haberse aceptado el Plan Annan, a pesar de sus debilidades, el norte ocupado se habría convertido en territorio de la UE como el resto de Chipre, y la influencia de Turquía se habría visto drásticamente reducida. Ankara no habría podido tratar al norte como una provincia turca y no habría podido inundarlo con imanes con el objetivo de convertirlo en una ‘República Islámica’. Incluso el flujo de colonos desde Turquía habría cesado, ya que el plan incluía una disposición que regulaba esta cuestión.
Aunque muchos de los que votaron en contra del plan posiblemente desconocían las consecuencias del rechazo, ya que no se discutieron en su momento, y aunque se hubieran mencionado, muchos habrían seguido la recomendación del presidente de votar ‘no’. Sin embargo, había consecuencias previsibles, como la apertura del área cerrada de Varosha, que se materializó hace unos años. Aunque los desarrolladores turcos aún no han entrado en acción, parece ser solo cuestión de tiempo.
Veinte años después, el rechazo al Plan Annan no parece ser el triunfo grecochipriota que se celebró en su momento.
