Escalación de Violencia en la Frontera entre Líbano e Israel
Las hostilidades entre ambas partes se han recrudecido en los últimos días, alcanzando niveles de tensión no vistos en casi dos décadas. El miércoles, Hezbolá, respaldado por Irán, afirmó haber disparado decenas de cohetes Katyusha contra la ciudad fronteriza israelí de Shomera. Esta acción fue descrita como una respuesta a los ataques aéreos israelíes previos contra aldeas libanesas, incluyendo uno el día anterior en Hanin, que resultó en la muerte de al menos dos personas, entre ellas una niña de 11 años.
Por su parte, Israel respondió con intensos ataques aéreos contra la localidad libanesa de Ayta al-Shaab, situada a aproximadamente 3 km de Shomera, al otro lado de la frontera. Fuentes de seguridad en Líbano informaron de más de 10 incursiones aéreas israelíes sobre este lugar.
El martes, Hezbolá había anunciado un ataque con drones contra bases militares israelíes al norte de la ciudad costera de Acre, marcando su incursión más profunda hasta la fecha en esta serie de enfrentamientos que han estallado paralelamente al conflicto en Gaza. Este ataque, que utilizó drones tanto como distracción para las defensas aéreas israelíes como cargados con explosivos, es uno de los más complejos anunciados por Hezbolá en los últimos seis meses.
El ejército israelí comunicó el 7 de abril que había completado una etapa adicional en la preparación para una posible guerra en su frente norte con Hezbolá. Aunque los últimos enfrentamientos han sido los peores en años, la violencia se ha mantenido mayormente confinada a áreas en o cerca de la frontera libanesa-israelí, con Israel atacando ocasionalmente más adentro del Valle de Bekaa en el este del Líbano.
Desde el 7 de octubre, los ataques israelíes han resultado en la muerte de aproximadamente 250 combatientes de Hezbolá en Líbano, además de otros 30 fallecidos en ataques israelíes en Siria vecina. En total, estas cifras superan las pérdidas sufridas por Hezbolá en la guerra del 2006 con Israel. En Líbano, más de 70 civiles han perdido la vida. En Israel, se han registrado 18 víctimas mortales, incluyendo tanto soldados como civiles.
La comunidad internacional observa con preocupación el aumento de la violencia y el potencial riesgo de un conflicto más amplio y destructivo entre estos enemigos fuertemente armados.