El Debate Fiscal en Nueva Jersey: Impuestos a las Empresas Ricas para Financiar el Transporte Público
En medio de un ambiente cargado de opiniones encontradas, Nueva Jersey se encuentra en un punto crítico respecto a la propuesta de subida de impuestos a las corporaciones más adineradas del estado. La medida, que busca financiar el déficit del transporte público, ha generado una clara división entre grupos de justicia social y grupos de presión empresariales.
El gobernador Phil Murphy, durante su discurso presupuestario de 2024, planteó la creación de un impuesto “nuevo” del 2.5% sobre las empresas con ingresos superiores a los $10 millones anuales. Este impuesto estaría destinado a ser una fuente de financiación para NJ Transit, que se enfrenta a un aumento del 15% en las tarifas para los viajeros debido a un déficit considerable.
El martes pasado, líderes empresariales se congregaron en la sede de la Asociación de Negocios e Industria de Nueva Jersey (NJBIA) en Trenton para expresar su rechazo a la propuesta y solicitar a los legisladores estatales su rechazo. Según Michele Siekerka, presidenta de NJBIA, las empresas con una larga trayectoria en Nueva Jersey no cerrarán sus puertas de inmediato, pero buscarán estados más amigables en términos fiscales para futuras inversiones.
Lori Roth, socia gerente de la firma contable Prager Metis y vicepresidenta del consejo de NJBIA, señaló como “extremadamente problemático” que el aumento propuesto tenga efecto retroactivo al 1 de enero. Esto afectaría a casi 600 grandes corporaciones que ya habían planificado sus presupuestos sin contar con este gravamen.
Christina Renna, presidenta y CEO de la Cámara de Comercio del Sur de Nueva Jersey, describió el impuesto propuesto como una “píldora amarga” para las empresas de la región, que tendrían que pagar un 2.5% adicional sobre el impuesto corporativo del 9% ya existente por un servicio público que ni ellas ni sus empleados utilizan.
Por otro lado, activistas como Eric Benson, director de campaña de For The Many NJ, acusan a los lobbies empresariales de oponerse a un impuesto “altamente específico” que afectaría solo al 1% superior de las empresas con mayores ganancias. Benson defiende que estas corporaciones ya se beneficiaron de recortes fiscales anteriores y han incrementado sus beneficios desde entonces. Argumenta que es justo que estas ganancias se destinen a inversiones públicas necesarias como NJ Transit.
Una encuesta reciente de Fairleigh Dickinson reveló que el 54% de los residentes en Nueva Jersey apoyaría la restauración del sobrecargo corporativo si se destina a NJ Transit. Solo el 29% se mostró en contra.
Mientras tanto, figuras políticas como el asambleísta Brian Bergen han criticado la idea de aumentar cualquier tipo de impuestos, especialmente en tiempos difíciles para las familias con ingresos bajos. La NJBIA ha aclarado que no apoya un aumento del impuesto sobre las ventas, sino la dedicación de una parte del crecimiento orgánico del impuesto existente sin necesidad de incrementarlo.
La discusión continúa mientras Nueva Jersey pondera el equilibrio entre la necesidad de financiar su transporte público y el impacto potencial en el clima empresarial del estado.