Incendios Forestales en Chipre: Negligencia Gubernamental y Falta de Recursos
Una serie de eventos desafortunados ha sacudido a Chipre a finales de abril, cuando una bengala y fuegos artificiales provocaron incendios forestales. En un intento por destruir pirotecnia en una cantera dentro de un bosque estatal, se olvidó desarmar una bengala, la cual se disparó hacia el bosque e inició un incendio. Las autoridades enviaron equipos de bomberos terrestres al lugar, asegurando durante horas que no había motivo de preocupación y que el fuego estaba controlado. Sin embargo, la realidad era otra; el fuego estaba descontrolado.
Lo más alarmante es que solo contaban con un avión de lucha contra incendios para enfrentar la emergencia. Cuando la magnitud del desastre se hizo evidente y el ministro competente llegó a la escena, se encontraron sin más aviones disponibles. El ministro indicó que esperaban la llegada de más aviones en junio, o tal vez en julio, dejando en evidencia que las promesas previas de contar con una flota propia eran solo eso, promesas.
Este escenario se repite tristemente desde hace años, especialmente desde el masivo incendio en Solea en 2016. Se han realizado innumerables reuniones y estudios, pero el resultado ha sido un fracaso rotundo. Incluso el expresidente Nikaros convocó reuniones en el Palacio Presidencial para asegurar medidas efectivas, pero antes de que pudiéramos celebrar, nos enteramos que ni siquiera contaríamos con los dos helicópteros Kamov rusos que la República había estado arrendando.
El proceso para arrendarlos comenzó tardíamente en marzo de 2022, cuando los estados serios ya habían cerrado tratos el otoño anterior. Con la transición de poder de Nikaros a Nikos, se convocaron apresuradamente reuniones para evitar los errores trágicos del pasado. Se anunció nuevamente la adquisición de diez aviones propios, pero esta vez con escepticismo y sin descorchar el champán.
La negligencia criminal es parte de una larga lista de incidentes que han resultado en la destrucción de uno tras otro pulmón verde en nuestra pequeña pero amada patria. Por ejemplo, entre 2012 y 2023, 114 incendios fueron causados por cables expuestos de la Autoridad de Electricidad (EAC), y aún se discute su cubrimiento desde 2020.
La situación es crítica: es finales de abril, los termómetros recuerdan a julio tras un invierno excepcionalmente suave, y solo disponemos de un avión para combatir incendios. Los demás se esperan para junio o julio. Esta negligencia gubernamental es inaceptable y pone en riesgo no solo nuestros bosques sino también nuestras vidas. ¿Se asignará responsabilidad alguna vez? Con un nuevo gobierno pero viejas mentalidades, parece poco probable.