Compras de Semana Santa: Tradición y Economía en Chipre
Los consumidores chipriotas están postergando sus compras de Semana Santa hasta el último momento, según Andreas Hadjiadamou, presidente de la asociación de supermercados. En declaraciones a la Agencia de Noticias de Chipre (CNA), Hadjiadamou observó que, aunque la afluencia de clientes ha comenzado a incrementarse gradualmente, se espera que alcance su punto máximo en los días previos al domingo de Pascua.
Este comportamiento es característico de los chipriotas durante la Semana Santa, y a pesar de las condiciones económicas actuales, los consumidores “no prescinden de nada” para estas festividades. Hadjiadamou señaló que es aún “demasiado temprano para decir” si la cantidad de personas que visitan los supermercados este año se compara con años anteriores, pero se mostró confiado en que, basándose en experiencias pasadas, se mantendrá o incluso superará los niveles del año pasado.
En cuanto a las subidas de precios, el presidente mencionó que, si bien algunos productos han experimentado aumentos notables, otros han disminuido sus precios. Desde la asociación, se hace un esfuerzo por mantener precios justos y razonables, ejerciendo presión sobre proveedores y la cadena de suministro ante incrementos constantes e injustificados.
Estos comentarios sobre el aumento de precios llegan tras un informe del servicio de protección al consumidor que destacó “incrementos significativos” en artículos esenciales para Semana Santa. Por ejemplo, el precio del aceite de oliva ha subido un 105.9 por ciento desde la última Pascua.
Por otro lado, Stefanos Koursaris, secretario general de la asociación de pequeños comerciantes (Povek), se muestra menos optimista. Aunque reconoce que hay “movimiento” en las tiendas pequeñas, este no recuerda a tiempos pasados. Koursaris apunta a un cambio en la mentalidad de las personas, quienes ya no esperan a Semana Santa para realizar compras especiales.
Además, menciona que muchos se encuentran en una situación de “angustia financiera” debido al aumento en los precios del combustible, la electricidad y la inflación general. Esto lleva a los consumidores a asegurarse de no carecer de lo esencial para la celebración pascual, sacrificando una parte importante de sus salarios mensuales para adquirir los necesarios para Semana Santa, mientras que el resto de sus hábitos de consumo han cambiado respecto a años anteriores.




