La historia centenaria del chaleco antibalas de seda
En un giro fascinante de la ciencia moderna, equipos de científicos chinos y estadounidenses están desarrollando un chaleco antibalas de seda utilizando la seda de gusanos de seda genéticamente modificados. Estos investigadores han alterado los genes de los gusanos para que produzcan
El uso de seda para fabricar chalecos antibalas no es una novedad, sino una idea que se remonta a siglos atrás. El médico estadounidense George Emory Goodfellow es a menudo acreditado con la invención del chaleco antibalas de seda tras observar que la seda era impenetrable a las balas. Sin embargo, fue el polímata alemán Gottfried Wilhelm Leibniz quien propuso la idea más de dos siglos antes que Goodfellow.
Como médico en Tombstone, Arizona, en la década de 1880, el Dr. Goodfellow trató numerosas heridas de bala y notó “la notable tenacidad de la fibra de seda y su resistencia al poder penetrante de una bala”. Un caso particularmente sorprendente involucró a Billy Grounds, cuyo pañuelo de seda detuvo dos perdigones, aunque otros impactaron en su sombrero, rostro y cráneo. Esta observación llevó a Goodfellow a publicar sus hallazgos en 1887, detallando casos adicionales donde la seda había detenido balas.
Utilizando los descubrimientos de Goodfellow, el sacerdote católico Casimir Zeglen inventaría más tarde un chaleco antibalas de seda. Pero Leibniz ya había reconocido el potencial de la seda como armadura balística mucho antes. Aunque es más conocido como matemático y filósofo, Leibniz también contribuyó innovadoramente en múltiples disciplinas. En un manuscrito titulado “Plan para un proceso de fabricación militar”, consideró varios materiales antes de centrarse en la seda por su ligereza, flexibilidad y fortaleza.
Leibniz propuso una tela hecha de capullos de gusanos de seda prensados con un poco de pegamento, superponiendo las capas para evitar desgarros al impacto de una bala. Aunque Leibniz nunca pudo realizar su propuesta, sus manuscritos prefiguraron descubrimientos posteriores sin llegar a influir directamente en ellos.
El trabajo actual con chalecos antibalas de seda de araña refleja la visión histórica y el ingenio humano en la búsqueda continua de materiales innovadores para la protección personal. La historia del chaleco antibalas de seda, con raíces que se extienden a través de los siglos, continúa evolucionando con las tecnologías modernas.