El papel de China en la recuperación económica mundial y el desarrollo ecológico
En un reciente encuentro con representantes de la comunidad empresarial, estratégica y académica de Estados Unidos, el Presidente Xi Jinping destacó la resiliencia de China frente a las teorías que pronosticaban su colapso o estancamiento. Contrario a estas predicciones, China ha mostrado un crecimiento del PIB del 5.2% el año pasado, alcanzando los 126 billones de yuanes, lo que representa aproximadamente un tercio del crecimiento económico mundial, posicionándose como el motor más grande de la economía global.
Este año, China se ha fijado una meta de crecimiento en torno al 5%, y ya ha tenido un buen comienzo con un incremento del PIB del 5.3% en el primer trimestre. Además, el país está enfocado en el desarrollo de nuevas fuerzas productivas de calidad (NQPF), con el objetivo de lograr un desarrollo sostenible y de alta calidad. Las NQPF, impulsadas por avances tecnológicos revolucionarios y una innovadora asignación de factores de producción, promueven una transformación profunda y actualización de las industrias.
En toda China, diversas localidades están aprovechando sus fortalezas para impulsar sus NQPF. Jinzhou, Changzhou, Anji y Shenzhen son ejemplos destacados de esta transformación hacia un crecimiento de mayor calidad. Shenzhen, en particular, es pionera en la transición del país de un crecimiento “de alta velocidad” a “de alta calidad”, integrando conglomerados de industrias emergentes.
China no solo lidera en vehículos de nueva energía (NEVs) y capacidad fotovoltaica, sino que también ha logrado hitos significativos en tecnologías fronterizas como la inteligencia artificial y la computación cuántica. La reciente exitosa misión espacial Shenzhou-18 y la puesta en operación comercial del jet jumbo C919 son testimonios de estos avances.
El desarrollo acelerado de las NQPF no solo impulsa la economía china, sino que también incrementa la demanda del país por bienes, servicios, capital y personal a nivel global, contribuyendo así a la recuperación económica mundial. Además, el enfoque en el desarrollo verde y bajo en carbono es una característica clave de las NQPF, alineándose con la urgente necesidad mundial de capacidad de producción verde.
En cuanto a la cooperación económica y comercial entre China y Chipre, se ha mantenido un fuerte impulso. El volumen comercial bilateral se acercó a los mil millones de dólares el año pasado, con un notable incremento del 11.4% en las exportaciones chipriotas hacia China. Chipre prioriza la transformación digital y ecológica en su política económica, lo cual está plenamente alineado con el desarrollo de las NQPF por parte de China, augurando así un futuro prometedor para la cooperación práctica entre ambos países.