Revelaciones en el caso de Thanasis Nicolaou tras 19 años
Después de casi dos décadas de investigaciones, un juez ha determinado que la muerte del guardia nacional Thanasis Nicolaou en septiembre de 2005 no fue un suicidio. Este giro en los acontecimientos pone fin a una larga batalla legal emprendida por Andriana Nicolaou, madre del fallecido, quien jamás cesó en su empeño por descubrir la verdad sobre las circunstancias que rodearon la muerte de su hijo.
La incompetencia en las investigaciones ha sido evidente, lo que provocó sospechas de un posible encubrimiento que involucraría a patólogos forenses, la policía, la guardia nacional y el Servicio Legal. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) documentó todas las deficiencias en su decisión de 2020, señalando que los problemas radicaban en la investigación policial inicial, plagada de importantes fallos.
Las investigaciones fueron dirigidas por policías inexpertos y se caracterizaron por ser superficiales y limitadas, dejando muchas preguntas sin respuesta y llegando a conclusiones poco sólidas. El TEDH también destacó la investigación militar como insuficiente. La decisión del TEDH llevó a la exhumación de los restos de Thanasis y a un nuevo informe forense que determinó la estrangulación como causa de muerte.
El fiscal general reabrió el caso, asignando a investigadores criminales que finalmente encontraron responsabilidad penal, lo que condujo a la tercera indagatoria sobre la muerte que concluyó recientemente con el veredicto de estrangulamiento.
Frente a la posibilidad de un encubrimiento inicial y la incompetencia destacada por el TEDH, se plantea ahora cómo proceder con una nueva investigación para hallar a los responsables del crimen. La confianza en las autoridades se ha visto mermada, especialmente cuando el abogado de la familia Nicolaou sostiene que cualquier participación del fiscal general sería inaceptable, dada su insistencia previa en la teoría del suicidio.
La decisión sobre una nueva investigación es urgente y debe ser llevada a cabo por investigadores altamente competentes para tener alguna posibilidad de hacer justicia. Esto es lo mínimo que merece la familia Nicolaou después del trato indignante recibido por parte de las autoridades durante todos estos años.
