La escasez de billetes en Gaza desata el caos
La franja de Gaza está experimentando una severa escasez de billetes, lo que ha dado lugar a la proliferación de bandas criminales y al aprovechamiento ilícito de la situación. Según informan residentes, trabajadores humanitarios y fuentes bancarias, la mayoría de los bancos en el enclave han sido dañados o destruidos durante la guerra, y
Después de más de siete meses de bombardeos israelíes, apenas quedan operativos unos pocos cajeros automáticos en la franja, la mayoría en la ciudad meridional de Rafah. Los civiles han sido evacuados de partes de esta ciudad por orden del IDF (Fuerzas de Defensa de Israel), lo que ha generado temor a una ofensiva inminente.
A pesar de que los suministros básicos volvieron a algunos mercados en abril y principios de mayo, muchos habitantes no tenían efectivo para comprarlos. Ahora, la ofensiva israelí en Rafah ha agotado nuevamente los suministros y ha disparado los precios.
Los residentes se enfrentan a largas esperas y a veces tienen que pagar tasas para acceder al dinero en efectivo, ya que las bandas armadas se aprovechan de la situación. Algunas personas han esperado días para poder utilizar los cajeros automáticos, y en ocasiones, las bandas armadas exigen un pago por proporcionar acceso prioritario.
Abu Ahmed, un residente de Rafah, relató que esperó hasta siete días y, debido a la frustración, recurrió a miembros de estas bandas, pagando 300 shekels (aproximadamente 80 dólares) de su salario para poder acceder al cajero y retirar su dinero.
Antes del conflicto, Gaza contaba con 56 sucursales bancarias y 91 cajeros automáticos. A fecha del 13 de mayo, solo quedan 5 sucursales y 7 cajeros operativos, principalmente en Rafah, según el Instituto de Política Económica de Palestina.
El sistema financiero palestino depende casi completamente de Israel, que debe aprobar las transferencias importantes y el movimiento de efectivo hacia el enclave. Desde el inicio de la guerra en octubre, Israel ha bloqueado las importaciones de efectivo a Gaza.
Mientras tanto, cientos de millones de shekels permanecen atrapados en las bóvedas bancarias del norte de Gaza debido a la falta de vehículos blindados y al temor al saqueo. La situación sigue siendo demasiado insegura para que los empleados bancarios o los organismos internacionales transfieran el dinero.
Productos esenciales como medicamentos siguen siendo escasos en el enclave, que también sufre cortes prolongados de energía y falta de combustible. A pesar de que Israel ha abierto un tercer paso para permitir más ayuda humanitaria en el norte, ha cerrado dos puntos de control en el sur, deteniendo las entregas de ayuda en esa área.
Los esfuerzos mediadores de Egipto, Qatar y Estados Unidos por asegurar un alto al fuego han fracasado hasta ahora. “Hay más alimentos disponibles, pero definitivamente hay una falta de efectivo para que las personas puedan comprarlos”, señaló Rik Peeperkorn, representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el territorio palestino.
A pesar del sombrío panorama, algunos residentes como Aya, desplazada primero a Rafah y luego al centro de Gaza por las operaciones israelíes, encuentran maneras creativas para proporcionar pequeñas alegrías a sus familias vendiendo mantas recibidas en paquetes de ayuda para comprar chocolate y Nescafé para sus hermanos.
