Con solo 39 millas en el odómetro, los autos destrozados permanecen en el limbo. Dickran Ouzounian, de ocho años, atesoraba visitar el garaje de su padre Stefan, ubicado a pocos metros de la bulliciosa calle Ledra, para admirar los últimos modelos de Toyota. Fascinado por los relucientes Corollas, Coronas, Crowns y Celicas, ahora, 50 años después, como CEO de la empresa, Ouzounian recorre la inquietante historia del negocio chipriota a los periodistas de la Agencia de Noticias de Chipre que visitaron el abandonado garaje de Toyota en un sótano en la zona de amortiguamiento o línea verde de Nicosia.
Una Visita Guiada por los Cascos Azules
Guiados por los cascos azules de la ONU, partimos desde la Puerta del Futbolista, una zona disputada donde los soldados turcos solían desafiar a los soldados grecochipriotas antes del acuerdo de desmilitarización de 1989. También conocida como el “Puesto del Coche Amarillo”, nombrado así por un Morris Minor amarillo abandonado que marcaba el lugar. El capitán de Unficyp, Luke Heppenstall, explicó que la zona es particularmente sensible, ya que las fuerzas turcas creen que se encuentra dentro de áreas ocupadas, impidiendo las patrullas de Unficyp y obligándolas a regresar vía la Casa Maple controlada por la ONU.
Subiendo los estrechos y oxidados escalones que conducen a la Casa Maple, abandonada después de que la mayoría de los cascos azules del destacamento canadiense se fueran en 1993, nos encontramos sobre el deteriorado garaje de Toyota.
El Interior Destruido
En el verano de 1974, el sótano, que entonces albergaba varios otros negocios, estaba lleno de autos impecables que solo habían realizado un único viaje de 38 millas desde el puerto de Famagusta hasta el garaje de Nicosia. Sin embargo, la vista actual es desoladora. Capas de polvo cubren los vehículos restantes, mientras que el techo colapsado en el centro del edificio permite que el agua de lluvia agrave el daño. Excrementos de palomas, ratas y gatos ensucian el suelo, junto con botellas de plástico, basura, viejas bicicletas infantiles, papeles amarillentos, escritorios rotos y ventanas destrozadas. Las paredes están manchadas de óxido y suciedad.
Mientras algunos autos conservan las fundas plásticas en los asientos, otros han sido despojados por completo, faltándoles volantes, neumáticos, palancas de cambios y radios. Ouzounian comenta que intrusos de ambos lados entraban al garaje, vandalizaban la propiedad y robaban.
A pesar de los esfuerzos por salvar lo que quedó después de la invasión, las autoridades mostraron poco interés en preservar el legado familiar. “Perdimos 52 autos allí específicamente”, lamentó Ouzounian, reflexionando sobre el devastador impacto del abandono y la indiferencia.
Para Ouzounian, el mayor daño ocurrió 10-15 años después de la invasión. Unos meses después de que los cascos azules canadienses abandonaran el edificio, su padre recibió una llamada del ministerio grecochipriota informándole del daño y pidiéndole que firmara que Unficyp no era responsable del cuidado de los bienes.
El Signo Perdido
Personas que habían irrumpido en el garaje habían saltado sobre los autos, roto ventanas y cortado asientos. Robaron motores y cajas de cambios. La familia también tenía aproximadamente 1,000 bicicletas y más de 2,000 neumáticos que desaparecieron inmediatamente después de la invasión. Ouzounian se pregunta cómo lograron entrar y sacar los artículos robados de allí, ya que la familia propietaria del lugar no tenía acceso alguno. “He sido CEO durante los últimos 20 años. Estoy con la empresa desde 1990. Intenté muchas veces a través del ministerio y del municipio obtener acceso, y nunca me lo concedieron.”
Recuerda intentos infructuosos incluso para recuperar el letrero original de la empresa de los años 60 que fueron recibidos con indiferencia burocrática y apatía. Ouzounian recordó la comunicación con los servicios de salud cuando abrieron el edificio para desinfección y correspondencia con figuras influyentes como el fallecido líder turcochipriota Rauf Denktash y el nuevo representante de la ONU en Chipre Colin Stewart, sin recibir apenas reconocimiento. “A nadie le importa… Mi solicitud era al menos darnos el letrero, para tener algo que mostrar a las próximas generaciones sobre la trágica historia de Chipre.”
Interés Internacional
En medio del abandono, los soldados británicos de la ONU mostraron más interés que las autoridades grecochipriotas por el destino de los autos abandonados. Mantuvieron dos autos Celica que exhiben con orgullo sobre el garaje.
Saliendo del garaje y caminando hacia la Puerta del Búnker Plateado, la ONU comentó cómo “ambos lados están violando la zona de amortiguamiento” después de mostrar un muro de ladrillos en el lado ocupado. El capitán Heppenstall explicó cómo las fuerzas turcas desatendieron las directivas de la ONU, persistiendo en la construcción a pesar de las advertencias para detenerse en una línea blanca designada.
Comentando sobre la situación, el portavoz del ministerio exterior Theodoros Gotsis subraya los esfuerzos continuos para abordar las violaciones dentro de la zona buffer a través de canales diplomáticos, en consulta con Unficyp.
La línea verde en Nicosia se estableció por primera vez en marzo de 1964 después del estallido de violencia intercomunal y la versión de la zona buffer trazada después de la invasión turca en julio de 1974 sigue casi la misma ruta.
