Las empresas australianas se enfrentan a la segunda tasa de impuestos corporativos más alta del mundo desarrollado, según un nuevo informe, lo que ha llevado a los economistas a advertir que el sistema fiscal no competitivo está frenando la inversión y empobreciendo a los trabajadores. Las compañías australianas pagaron una tasa impositiva efectiva promedio del 28.5 por ciento sobre sus ingresos el año pasado, de acuerdo con la actualización anual de estadísticas fiscales globales de la OCDE, publicada el jueves.
Impacto en la Inversión y el Empleo
Los economistas han señalado que esta elevada carga fiscal está disuadiendo a las empresas de invertir en nuevas tecnologías y expansión. La falta de inversión no solo afecta la competitividad de las empresas australianas en el mercado global, sino que también tiene un efecto dominó en la economía local. Menos inversión significa menos empleos y, en última instancia, salarios más bajos para los trabajadores.
Un economista destacado comentó:
Comparación Internacional
En comparación con otros países desarrollados, Australia se encuentra en una posición desventajosa. Por ejemplo, Estados Unidos ha reducido su tasa impositiva corporativa al 21 por ciento, mientras que el Reino Unido ha establecido una tasa del 19 por ciento. Estos cambios han hecho que Australia sea menos atractiva para la inversión extranjera directa.
- Estados Unidos: 21%
- Reino Unido: 19%
- Australia: 28.5%
La OCDE ha instado a Australia a considerar reformas fiscales para mejorar su competitividad y atraer más inversión. Los expertos sugieren que una reducción en la tasa impositiva podría estimular la economía y generar mayores ingresos a largo plazo mediante el aumento de la actividad empresarial.
En este contexto, es crucial que los responsables políticos australianos evalúen las implicaciones de mantener una de las tasas impositivas corporativas más altas del mundo desarrollado. La competitividad fiscal no solo afecta a las empresas, sino también al bienestar económico general del país.