**A pesar de las cifras oficiales, expertos alertan sobre la falta de investigación en el tráfico sexual de seres humanos en Chipre**
Nicosia, Chipre. – Aunque los informes oficiales indican una disminución en el tráfico sexual de seres humanos en Chipre, voces autorizadas advierten que la realidad podría ser diferente debido a una investigación policial insuficiente.
Androula Christophidou Henriques, fundadora de la ONG Cyprus Stop Trafficking, expresó su preocupación al Cyprus Mail: “La actual división de tráfico no está haciendo mucho. Esperan que nosotros les digamos qué investigar en lugar de actuar por sí mismos”. Henriques, quien ha dedicado décadas a combatir el tráfico sexual en la isla, reconoció que la situación ha mejorado desde el cierre de los cabarets en 2010 y señaló que la pandemia redujo la búsqueda activa de servicios sexuales.
Un informe del Ministerio del Interior reveló que entre 2019 y 2022, se traficaron 98 personas en Chipre por diversas razones, incluyendo explotación laboral y matrimonios forzados; 33 de estos casos fueron de tráfico sexual. Rita Superman, exjefa del departamento policial contra el tráfico y actual diputada del Disy, criticó duramente la apatía del departamento actual y puso en duda que la cifra real sea solo 98.
La profesora asistente Nasia Hadjigeorgiou, especialista en justicia transicional y derechos humanos, también cuestionó las cifras oficiales y señaló problemas adicionales como el racismo institucionalizado y la falta de testigos dispuestos a declarar. Además, destacó la precaria cooperación policial entre las agencias de ambos lados de la isla y comparó los servicios ofrecidos a las víctimas con los de un refugio para perros.
El Departamento de Estado de EE.UU. colocó a Chipre en el Tier 1 en su informe de 2023, lo que significa que cumple con los estándares requeridos. Sin embargo, advirtió sobre la lenta respuesta a las referencias de posibles víctimas y la falta de derivación a la policía para procedimientos oficiales de identificación.
Los esfuerzos por cambiar la ‘industria’ del tráfico sexual humano en Chipre se intensificaron en 2010 tras el caso Oxana Rantseva ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. A pesar de estos avances, las voces críticas sugieren que aún queda mucho por hacer para erradicar esta lacra social.
