**Las coladas de lava en Islandia plantean un peligro para las infraestructuras tras la cuarta erupción volcánica desde diciembre**
REIKIAVIK, Islandia – Las autoridades islandesas se mantienen en alerta tras la cuarta erupción volcánica desde diciembre en la península de Reykjanes, al suroeste de Islandia. La erupción, que comenzó a las 2023 GMT del sábado, ha generado impresionantes fuentes de roca fundida a lo largo de una fisura de aproximadamente 3 km, similar en tamaño y ubicación a la erupción de febrero.
A pesar de que las coladas de lava iluminaron el cielo nocturno el sábado, su flujo pareció ralentizarse el domingo. No obstante, las autoridades advirtieron que aún representan un peligro para las infraestructuras cercanas, incluyendo la localidad pesquera de Grindavik. La población de aproximadamente 4,000 residentes fue evacuada durante una erupción en noviembre y algunos residentes que habían regresado desde la última erupción en febrero tuvieron que ser evacuados nuevamente.
Palmi Erlendsson, experto en riesgos naturales del Servicio Meteorológico Islandés (IMO), informó a la emisora pública RUV que la actividad sísmica ha disminuido desde que comenzó la erupción. Las barreras que las autoridades habían erigido alrededor del pueblo parecen haber redirigido las coladas de lava lejos de la infraestructura clave, según indicó Einar Hjörleifsson, otro experto del IMO.
Además, se está monitoreando el flujo de lava hacia la planta geotérmica de Svartsengi en la península. El Aeropuerto de Keflavik y otros aeropuertos regionales en Islandia no se vieron afectados y permanecieron completamente operativos, según mostró el sitio web del operador aeroportuario Isavia el domingo.
La famosa Laguna Azul, un spa geotérmico y una de las principales atracciones turísticas de Islandia, cerró sus puertas como medida preventiva, al igual que durante erupciones anteriores. La erupción de febrero interrumpió el suministro de calefacción a más de 20,000 personas al destruir carreteras y tuberías.
Las autoridades continúan vigilantes ante la evolución de esta reciente erupción volcánica y sus posibles consecuencias para las comunidades y servicios cercanos.
