A principios de marzo, la Comisión Europea presentó una Estrategia Industrial Europea de Defensa
La UE da pasos hacia la construcción de una defensa común única para reforzar su autonomía estratégica ante las diversas incertidumbres mundiales. En este contexto, la guerra en Ucrania, la financiación de la ayuda militar a Kyiv, la posible reelección de Trump en EE. UU. y el panorama internacional en general, que desencadena nubes de inseguridad y una competencia creciente, han sido catalizadores clave.
En respuesta a estos desafíos, la Comisión Europea ha presentado una Estrategia Industrial Europea de Defensa, marcando un hito en el esfuerzo por consolidar una política de defensa común. Además, en una cumbre reciente del Consejo Europeo, los líderes de los 27 Estados miembros manifestaron su intención de acceder a más financiación pública y privada para la defensa, aunque se anticipan dificultades, especialmente en lo que respecta al futuro financiamiento de más inversiones en defensa.
La Dra. Fotini Asderaki, profesora y Presidenta electa de la Escuela Doctoral del Colegio Europeo de Seguridad y Defensa, subrayó que países como Grecia y Chipre, con presupuestos de defensa ya tensionados, se beneficiarían significativamente del financiamiento europeo para fortalecer su defensa. Además, Asderaki sugirió que Chipre y Grecia podrían tomar iniciativas para resaltar su papel en la Defensa Común, siempre que estas estén vinculadas a los intereses más amplios y amenazas a la UE, y no limitadas al peligro con Turquía.
Un ejemplo reciente de una iniciativa exitosa es el proyecto ‘Amalthea’ de Chipre para la transferencia de ayuda humanitaria a Gaza, que obtuvo apoyo internacional al aportar valor a otros estados además del país proponente. Chipre podría así destacar su rol geoestratégico como puente entre Europa y Oriente Medio y como avanzada del Occidente, actuando como guardián de las puertas de Europa en el extremo sureste del Mediterráneo.
Enfrentando la amenaza turca y una desigualdad militar considerable, Chipre aboga por el fortalecimiento de la armadura defensiva de la UE y su autonomía estratégica, un llamado que resuena con urgencia en un contexto de crecientes desafíos globales.